Cuando me enteré que esta serie era sueca, dejé todo para verla como fiel fanático de producciones escandinavas, a sabiendas que me encantaría.
Lamentablemente no me impactó tanto como esperé, pero admito que tiene una vueltita de rosca muy interesante, que le pone calor al frío de Estocolmo. Sofie es una consultora que asesorará a una pequeña editorial a aggiornarse y no irse a pique. El trabajo de Sofie no es sencillo, no solo por la resistencia a los cambios de parte de los integrantes de la editorial, sino puntualmente por la presencia de Max "el chico de sistemas". Los encontronazos entre Sofie y Max no son nada agradables, pero con el correr de los días le darán lugar a una química que los atraerá sexualmente, a pesar de la notoria diferencia de edad. El juego es peligroso, Sofie es la que mas pierde, pero a la vez es lo que más necesita. Lo que más me gustó es el marco donde se cuenta esta historia. La triste realidad de las pequeñas editoriales, intentando mantenerse a flote y adecuarse a que la gente ya no adquiere libros impresos, a que necesitarán de las redes sociales, de influencers y de negociar con plataformas de streaming para llevar a la pantalla lo que se escribe en papel.
En resumen, la recomiendo, a pesar de que no estuvo a la altura de lo que esperé.
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