Miniserie disponible en Netflix de solo 8 capítulos que aprueba con comodidad y cumple con entretener. Las actuaciones están acordes al producto pero no esperes grandes sorpresas. La estrella es la trama: un hombre casado y con dos hijos desaparece de la noche a la mañana, y es a través de las redes que la familia se entera que fue secuestrado. Un video donde Nick (Adrian Grenier) aparece golpeado y mostrando unos carteles con una confesión. Cuando el video llegue a las 5 millones de visualizaciones, Nick morirá.
Así comienza esta frenética búsqueda para dar con su paradero, mientras el buen guion te va convenciendo de que todos son posibles sospechosos, desde su esposa, hijos y otros personajes. Tiene un timing correcto, falsas pistas y giros inesperados. Solo queda darle play y dejarse llevar por este thriller.
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