Película de Almodóvar, sinónimo de intimismo y emotividad, va y viene en el tiempo contando la historia de Salvador, un inocente niño de familia pobre y que las vueltas de la vida lo llevó a ser un consagrado director de cine. Salvador transita una crisis artística que le impide escribir y rodar, sus dolores físicos marcan el camino de su laberíntica historia, y sus dolores mentales lo castigan recordándole decisiones erróneas de su pasado.
Hay dos escenas que destaco, de entre las cientos de escenas maravillosas: "el monologo de Alberto", protagonizado por Asier Etxeandia, y las conversaciones de Salvador con su madre ya mayor, los deseos para su funeral y los reproches a su hijo.
Un Antonio Banderas que encaja perfecto con Salvador, y las participaciones especiales de Penélope Cruz y Leonardo Sbaraglia, hacen de este film una recomendación absoluta.
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