"Hillbilly" es un término americano para referirse peyorativamente a una persona que vive en el campo o en la montaña de manera simple. Puntualmente a personas con poco estudios y pocas ansias de progreso. Y bien claro lo dejan Glenn Close y Amy Adams en esta película, producida por Netflix, que en un principio sería el tanque con el que competiría por un Oscar, pero la crítica fue despiadada y Hillbilly tiene muy pocas posibilidades de llegar a la recta final. Y creo que las críticas negativas van de la mano a que se muestra que el sueño americano no es para todos, y la pobreza blanca existe.
Personalmente la película me gustó, Close físicamente irreconocible, y Adams lejos de la perfecta imagen hollywoodense a la que nos tiene acostumbrado, protagonizan este film que a la crítica especializada no le gustó, pero a los espectadores sí. Y recordé lo sucedido con Roma, de Alfonso Cuarón, muy criticada negativamente por los espectadores y galardonada por la Academia. Todo lo contrario ocurre aquí. Close es abuela y matriarca de una familia del interior de Estados Unidos, Adams su hija, que tiene problemas de adicciones y sus dos hijos a quienes intenta criar cuando está lúcida; y cuando no, corren al amparo de su abuela.
La suerte para los hermanos fue distinta, Lindsay ( Haley Bennett), está a cargo de su cada vez más perdida madre y AJ ( Gabriel Basso), logró estudiar en Yale tras mucho esfuerzo, mérito y una deuda impagable. Esto puede quedar atrás si consigue trabajo en la firma de abogados para la cual esta aplicando.
Un llamado desde casa pone en peligro la carta de salvación de A.J. y una catarata de recuerdos angustiosos inundan su cabeza.
Creo que hay que darle una oportunidad a este film y disfrutar de todas las actuaciones.
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