Bombazo de Netflix para arrancar el año, no es una película que me encantó, pero supo captar mi atención, soltarme y volverme a captar durante toda la duración. Es intimista y lenta, pero salvada por las actuaciones y una trama que se cuenta mas por los gestos, las miradas y reacciones, que por las palabras en sí. No tengo dudas de que veremos a su protagonista, Olivia Colman, en la temporada de premios, ya que logra un personaje muy convincente.
Leda (Colman), es una profesora de literatura que se va de vacaciones a Grecia sola, en la tranquilidad y soledad de la playa, logra conectarse con sus libros y con ella misma, hasta que llega una familia numerosa y ruidosa a ponerle fin a la calma.
Cuando la niña de la familia se pierde, Leda ayuda en su búsqueda y tras encontrarla entabla una relacion con su madre (Dakota Jonhson), con quien se ve reflejada en sus primeros años de maternidad. Este es el punto de conflicto, el pasado de Leda como joven madre, los sueños profesionales y personales que quiere cumplir, y el riesgo de aplazarlos por su nuevo rol materno.
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