Imposible no recordar la miniserie "Así nos ven" al ver esta película. Steve es un estudiante de cine que capta con su cámara escenas cotidianas de Harlem, el barrio donde vive. La película tiene dos hilos, por un lado se muestra el juicio en el cual debe demostrar su inocencia ante un crimen, y por otro lado se muestra a un hijo obediente, un estudiante, un joven que aun no había tropezado con grandes piedras en la vida.
Steve no tiene cartas a su favor, es negro, joven, y directa o indirectamente esta involucrado en el hecho. Alguien tiene que pagar, y el estado se encargará de ponerle nombre y apellido al culpable. Lo que más me gusto de la película es la estética durante el juicio: una sala muy iluminada donde prepondera el color blanco y absolutamente todos vestidos de banco y negro, como un uniforme, y lo único que diferencia a los presentes es la raza, el color de su piel. Los blancos van al jurado y al estrado, los negros: al banquillo. Me pareció un detalle muy bien logrado para resaltar algo mucho mas profundo que una paleta de colores sobria y antojadiza. Pero, como ya sabemos, en la vida hay grises y de este color se viste el final.
Me gustó la película, pero no es una de mis preferidas.
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