Esta película australiana, intenta dar sucesivos golpes bajos contando un hecho verídico. Habla de lo sorpresiva e injusta que es la vida y de las segundas oportunidades. Una familia se despide trágicamente de su vida tal cual la conocían durante unas vacaciones, y es una urraca herida salvada por uno de los hijos de la familia, la que comienza a devolverles la sonrisa. De ser "paciente en transito" paso a ser la mascota de la familia y a su manera ayudó a aliviar el trauma.
Me pareció insulsa, pasó sin pena ni gloria, con un guion que se esforzó al máximo en dar golpes bajos.
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