Las cuatro temporadas completas de esta serie australiana están disponibles en Netflix. Es uno de los productos LGBT que mas me gustó. Muchas veces en la industria, solo hace falta un personaje homosexual o bisexual para obtener la categoría LGBT, cosa que personalmente me incomoda, ya que luego resulta un personaje liviano y solo ayuda a la cosificación y encasillamiento.
Este no es el caso; es una serie que retrata la vida de Josh, un joven que vive en Melbourne y es abandonado por su novia porque está segura que él es gay; y tan segura está, que Josh comienza a preguntarse sobre su verdadera preferencia sexual.
Como en la vida misma, esta serie tiene mucha risa y drama, situaciones inesperadas y personas reales, con sus problemas, sus gustos y vidas normales.
Otra cosa que me gusto mucho, es la narrativa. En el primer capítulo se presentan casi todos los personajes y conforme se desarrolla la historia aparecerán solo un par mas.
No se estanca solo en los amores y desamores de Josh, sino que se arriesga a tocar temas como la depresión, sin caer en la victimización; y también visibiliza el difícil tránsito de una enfermedad mental.
El temor a no encontrar con quien compartir la vida, al abandono afectivo y la repetitiva idea de culpabilizarse por todo.
Esta serie fue como disfrutar de una rica merienda, un día frio, lluvioso y descalzo, en la comodidad de mi sillón. A ese momento de bienestar me transporta Please like me. Escribiría por horas sobre todo lo que que me ha gustado, pero solo dejaré que la vean y ojalá la disfruten como yo.
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