No sé por que tuve tanto tiempo en "lista de espera" a esta película. Me gustó de principio a fin, aunque algunos detalles un poco desagradables que se repiten en toda la película estén de mas, el resultado es más que positivo. Mas allá de que no me he creído los personajes, y que algunos de ellos solo existen en una mente de Hollywood, el mensaje es tan positivo que solo puedo decir: véanla.
Ante este tipo de películas, no podemos hilar fino y buscar errores en los personajes, o en los textos, que aunque los haya, prefiero quedarme con la historia. Paul Rudd interpreta a Ben, un hombre que comenzará a ganarse la vida como "dependiente" o acompañante de personas enfermas. Sin experiencia previa tendrá la responsabilidad de ayudar y acompañar a Trevor, un joven con distrofia muscular que necesita asistencia hasta para dormir. Lo que hasta el momento parece un drama agrio, se convierte de una escena a la otra en una comedia negra (muy negra) que te sacará muchas sonrisas. El drama seguirá estando, porque lamentablemente es una enfermedad incurable, pero la risa y la amistad como paliativos, será lo que Trevor (y Ben) necesitan. Los personajes buscan sanar, quieren dar el siguiente paso y lo hacen juntos desdramatizando la vida.
Esperaba menos de esta peli y me sorprendió