Aún imagino a Uma Thurman preguntándose: "¿Que hago acá?".
¿Qué tiene de interesante esta serie americana? No mucho. Digamos que no descubrieron la pólvora utilizando la fórmula del trasplante de órganos, y la consecuente sensación del trasplantado de vivir y sentir como el fallecido.
Esto le sucede a la protagonista, quien tiene un paro cardiaco, y milagrosamente recibe un corazón de un chica de su edad que ha muerto de una manera misteriosa. Lo único rescatable es el personaje de Thurman como madre de su hija fallecida, y la relación que forja con la protagonista que recibió su corazón. Mi recomendación: siga de largo. La buena noticia es que son solo 10 capítulos y que Netflix no rodará una segunda temporada.
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